martes, 23 de diciembre de 2014

Llega de nuevo la Navidad y el mundo sigue enfrentado

Infancia Misionera


  • Los misioneros, un resplandor de esperanza en medio de la guerra y la persecución a los cristianos.


    En esta Navidad 2014, queremos tener presentes de manera muy especial a todas aquellas personas que están sufriendo la guerra y la persecución por ser cristianos. Junto a ellos, para compartir sus penurias, su dolor y su angustia, están nuestros misioneros, resplandor siempre de esperanza. Nosotros también queremos sentirnos muy cerca de ellos, ahora que Jesús vuelve a nacer para todos.
    La felicitación de Navidad de este año se nos hace un poco cuesta arriba. Quiere incidir en un mensaje de preocupación y dolor por los países en el mundo que actualmente sufren un conflicto armado, la persecución de los cristianos, la enfermedad, el hambre... No podemos olvidar que, aunque nosotros podemos comprar pavo, encender velas y poner regalos bajo el árbol, hay gente en el mundo que no puede hacerlo. Gente igual que nosotros, que, aunque distintos tal vez por su raza, cultura o religión, una vez tuvieron trabajo y casa, y que, por circunstancias ajenas a ellos, hoy no tienen nada. Esta Navidad 2014 queremos tener un recuerdo especial para todos aquellos que sufren las grandes plagas de este siglo. Porque así sí podemos entender la Navidad, y no de otra forma.

    El papa Francisco nos ha recordado, en el aniversario de la Primera Guerra Mundial, la locura de la guerra, de las masacres, la destrucción… "La guerra trastorna todo, incluso la relación entre hermanos. Es una locura… La avaricia, la intolerancia, la ambición de poder... son motivos que alimentan el espíritu bélico, y estos motivos a menudo encuentran justificación en una ideología… y cuando no es la ideología, está la respuesta de Caín: «¿A mí qué me importa?»". El Papa nos pide a todos una conversión del corazón: “Pasar del «¿A mí qué me importa?» al llanto". Y nos ruega que le ayudemos, porque "Iglesia somos todos". Aunque sabe que la situación de nuestro mundo enfermo nos obliga a ser muy valientes. "Ser cristiano no es fácil", reconoce el Papa.  "Amar a los enemigos da miedo, pero es lo que nos pide Jesús". "Así lo hizo Él: dio, perdonó, no habló mal de nadie, no juzgó".

    Los misioneros también lo tienen claro, son ejemplo de magnanimidad, de generosidad, de darse sin medida… Y ellos saben, porque lo viven, que ser cristiano, ahora, no es fácil. Sobre todo en Oriente Medio, en Irak, en Siria, en Egipto, en Libia… donde los cristianos sufren persecución. Aunque es difícil conseguir declaraciones de misioneros en estos países en conflicto, las Hermanas Dominicas de Irak cuentan que "la gente ya no puede aguantar más. Prefiere morir. La mayoría de ellos están pensando en abandonar el país para poder vivir con dignidad y encontrar un futuro para sus hijos. Es difícil tener esperanza en Irak". Se refieren principalmente a los cristianos y mazdeístas, dos minorías perseguidas que han perdido sus tierras, sus hogares, sus pertenencias, su trabajo, su dinero. Huyen a no se sabe dónde; si hay suerte, a un campo de refugiados". La hermana María Hanna, dominica en Irak, no puede creer que esto suceda en el siglo XXI. No entiende esta persecución del Estado Islámico que utiliza incluso sus conventos como sedes y que, según cuenta, es imposible negociar una salida. "Es desgarrador oír hablar de gente que muere asesinada mientras reza. Tenemos miedo de que nuestra lucha se convierta en una cuestión privada y escondida y que no tenga impacto en el mundo".

    Irak contaba en 2003, en vísperas de la invasión norteamericana, con más de un millón de cristianos, en su mayoría católicos (caldeos), que utilizaban el arameo, la legua que hablaba Jesús. Desde entonces el drama de los cristianos ha conocido un crecimiento que ahora ha explotado tras la ofensiva armada en el norte llevada a cabo por los yihadistas suníes. Mosul, una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo, ha quedado sin cristianos; eran 130.000 antes de la invasión y apenas 10.000 cuando los islamistas capturaron la ciudad el pasado mes de junio.

    Lo que explican los Maristas de Alepo, Siria, pone los pelos de punta: "Los del Estado Islámico degüellan, decapitan, crucifican hasta la muerte, entierran personas vivas…" Puestos ante la elección de los sirios de convertirse a una especie de "ley islámica" o morir, miles de personas han tomado el camino del éxodo, dejando su tierra, sus raíces, todo. Así es como también Alepo se ha despoblado de cristianos. "Los Maristas Azules no tenemos certezas que ofrecer, ni respuestas a los temores... tratamos de ser simplemente, con nuestra presencia activa, un resplandor de esperanza para aquellos a quienes no les queda esperanza… una fuerza para los que dudan... un consuelo para los que están atormentados". Así, continúan adelante con su proyecto de dar comida a familias cristianas, a familias musulmanas, a familias pobres. Siguen alojando a gente desplazada, dándoles mantas, bidones de agua... Las Navidades pasadas ya nos contaban la dura situación de los niños y de cómo estos consolaban a los adultos: "No te preocupes por ese ruido... es una bala... una bomba... una explosión o ...un misil". Ha pasado un año, pero el mundo sigue enfrentado… y llega de nuevo Navidad.


    En apoyo a los cristianos perseguidos

    Este símbolo es la letra "Nun" del alfabeto árabe. Hace referencia a la palabra "Nasarah" o "Nasrani" (Nazareno), término con el que los islámicos han designado a los cristianos durante siglos. Hoy, los radicales islamistas están marcando con este símbolo los hogares cristianos, identificando así a sus habitantes como enemigos, para obligarlos a convertirse al islam o matarlos. En apoyo de todos los cristianos perseguidos, muchos internautas lo muestran ya en sus blogs y en las redes sociales. ¿Te sumas a esta iniciativa?