Posted: 17 Sep 2015 04:26 AM PDT
El sábado el Papa Francisco comienza su viaje
a Cuba allí le esperan más de 140 misioneros españoles que recibirán al Santo
Padre como “Misionero de la misericordia”.
Uno de estos misioneros es monseñor Domingo Oropesa, obispo de
Cienfuegos desde allí ha concedido esta entrevista en la que explica la
situación de la Iglesia en Cuba y como los cubanos le esperan con gran
expectación.
“Los obispos cubanos
han insistido desde hace años en el tema de la reconciliación”
Es noticia la apertura
política del régimen gracias, en parte, al papel del Papa Francisco. ¿Está
acompañada de una apertura religiosa?
Con la apertura se da
una nueva relación de Cuba con Estados Unidos, lo que se ha manifestado con
las aperturas de embajadas. Esto puede suponer que, con garantías jurídicas y
diplomáticas entre ambos países, existan a corto plazo unas relaciones
comerciales y financieras que conseguirán un total deshielo.
Podemos afirmar que la
iglesia goza de libertad para el culto, procesiones, ofrecer sacramentos, la
tarea misionera puerta a puerta, celebraciones en casas particulares en
lugares donde no hay templo y también en pueblos con templo. Unos ejemplos de
esto último han sido dos parroquias de nuestra Diócesis de Cienfuegos: Cruces
y Lajas. Han misionado dos sacerdotes y doce laicos venidos de España, un
sacerdote español residente en Cuba, once seminaristas, y unos cincuenta
laicos de ambas parroquias. Además, ras parroquias de la diócesis, quince
jóvenes de la Orden de Malta, llegados en su mayor parte de España, han
tenido durante catorce días campamentos para la infancia y la adolescencia,
así como reuniones con la tercera edad en diversas parroquias.
Hay que resaltar que todos
los que nos han visitado reconocen la buena, pero que muy buena, acogida de
la gente. Todo esto evidencia que no hay mayores dificultades para hablar de
Cristo en Cuba. Falta, eso sí, el poder contar con colegios religiosos como
hace años.
¿Cuál es la situación
de los católicos en Cuba?
Creo poder afirmar que
para los católicos de Cuba lo que está relacionado con su vida de fe, la vida
sacramental, su formación, no tiene impedimentos, y que cualquier cristiano
puede declararse como tal en la sociedad. El problema es la escasez de
sacerdotes, de diáconos permanentes, de religiosos y religiosas y de laicos
para poder evangelizar a quienes no conocen a Cristo. Muchísimo por hacer
para muy pocos.
Y quedan todavía
espacios por ir avanzando los católicos en presencia: el campo
socio-político. La doctrina social de la Iglesia es poco conocida, menos
seguida y escasamente urgida. Harían falta más centros de formación en la
misma iglesia para dar a conocer principios doctrinales sobre lo económico,
lo cultural, la convivencia social, el mundo laboral y el político. Pero,
para todo esto se necesitarían muchos más laicos que en esos diversos campos
quisieran comprometer sus vidas.
Cuba es, junto con
Brasil, el único país que ha recibido a tres Papas. ¿Por qué ha sido
este país objeto de la preferencia de los Pontífices?
Creo que ha habido en
los tres casos una clara invitación por parte de la Iglesia y del gobierno.
En el caso de San Juan Pablo II, el Papa viajero, no podía dejar de visitar
Cuba y lo hizo. Con tiempo pudo prepararse esa visita. Al Papa Benedicto XVI
se le invitó con motivo de celebrarse en el 2012 los 400 años del hallazgo y
presencia de la Imagen de la Virgen de la Caridad de El Cobre, y en un viaje
aprovechó para visitar Méjico y Cuba. La razón con la que se motivó al Papa
fue la afluencia de millones de cubanos y cubanas por el paso de la Imagen de
la Virgen de la Caridad por toda la isla durante dieciséis meses, pues de
once millones de habitantes en Cuba estuvo ante la Imagen más de la mitad. El
Papa fue invitado y vino.
El Papa Francisco hace
lo mismo: una salida de Roma, otra más hacia el continente americano, y
visitará Cuba y Estados Unidos. Servirá de apoyo a las nuevas formas de
relación entre ambos países y nos ayudará para que siempre prevalezca el
diálogo dentro de las mutuas relaciones con deseos de colaboración, con
respeto mutuo, y que como sabemos son intereses gratos y aplaudidos a nuestro
Papa. Además, todos los católicos lo esperamos como el que nos confirmará en
la fe. Y, ciertamente, podemos decir que todos en Cuba estamos felices por la
visita de Francisco y clamando con gozo: “Es el tercer Papa que nos visita”.
Yo diría que ha sido
Dios en su amor providente quien no has enviado a tres sucesores de Pedro en
muy poco tiempo. Esto ha supuesto, supone y supondrá unas inmensas
bendiciones para todo el pueblo cubano. Es seguro que se necesitaba y se
necesita esta presencia de Cristo en Cuba por medio de los tres papas
¿Qué expectativas
tiene la sociedad cubana del viaje del Papa Francisco?
Muchas, muchas,
muchas. Pienso que por necesidades económicas, por la emigración, por el
desarrollo político y también por el crecimiento religioso hay muchas
expectativas.
Se está cumpliendo
poco a poco lo que pidió San Juan Pablo II hace diecisiete años: “Que Cuba se
abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba”. El Papa Francisco quiere, y de
verdad, el bienestar de la gente. Él no cesa de “intimidar” a todos para que
se acabe el sufrimiento de adultos y niños en tantas partes del mundo. Todos
los países pueden progresar y Cuba también. Muchos esperan que la presencia
del Papa en los próximos días deje señales, orientaciones, que contribuyan a
un crecimiento económico en la vida familiar, y que esto haga disminuir la
separación de miembros de una misma familia. También hay quienes lo esperan
para que anime a ofrecer y que se acojan hoy planteamientos diversos en Cuba,
proponiendo nuevas opciones. Para la transmisión de las verdades cristianas
un avance sería la posibilidad de tener más acceso a los medios de
comunicación, aunque en esto se ha ido avanzando, y que los católicos podamos
tener los propios. Y, como indicaba anteriormente, tener centros educativos
en todos los niveles de la enseñanza. Aunque también hay que decir que
existen en la actualidad algunos espacios formativos, como son en La Habana
el Centro Cultural Padre “Felix Varela”, el Centro de Formación Fray
Bartolomé de las Casas, así como otros Centros Diocesanos y en comunidades de
religiosos y religiosas de Cuba. Hay que destacar las Escuelas de Veranos
para Educadores, casi una por Diócesis.
El lema de la visita
es “Misionero de la Misericordia”. ¿Por qué ese lema?
Por parte de la
Conferencia de Obispos Católicos de Cuba cuando se supo la venida del Papa
Francisco a Cuba se dio a conocer de forma inmediata, y días más tarde se
ofreció un sencillo mensaje pastoral. Se elaboraron dos breves documentos: “¿Quién
es el Papa?” y “Mensaje del Papa” que impresos por miles se han
distribuido en toda la Isla, e incluso ha habido encuentros formativos sobre
los mismos hasta en los lugares más apartados.
El Novenario
preparatorio a la Solemnidad de la Virgen de la Caridad, Patrona de Cuba, del
treinta de agosto al siete de septiembre, se ha ofrecido por la visita del
Papa meditando obras de misericordia corporales y espirituales. Terminado el
Novenario, en todas las celebraciones del ocho de septiembre tanto de la
Palabra, como de la Eucaristía, así como en las muchas Procesiones, y en los
mensajes emitidos por diversas emisoras estatales, se han pedido oraciones
por la visita del Santo Padre.
Han sido repartidos
miles y miles de carteles, de plegables y pegatinas con la figura del Papa
dándole la bienvenida. Se han celebrado en muchas partes vigilias de oración.
En su momento se creó
una Comisión Mixta Iglesia-Gobierno para dialogar en lo referente a los
diferentes actos. Se están teniendo encuentros en todas las diócesis del país
para garantizar el transporte y contar incluso en los viajes a La Habana,
Holguín, El Cobre y Santiago de Cuba con servicios médicos.
Hay que decir que hay
un gran entusiasmo por acoger al Papa y que el gobierno ha puesto los medios
de que dispone para facilitar la mejor realización de todo lo programado.
Sabemos que Francisco ha convocado por medio de la Bula “Misericordiae
Vultus” el Jubileo Extraordinario de la Misericordia que comenzará el
próximo día ocho de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la
Virgen María. Como el Papa insiste con mucha frecuencia en la necesidad de
ver a Dios como el Dios de la misericordia, y también nos habla del perdón si
uno ofende o es ofendido, es por lo que los obispos de Cuba quisimos
recibirlo como el Misionero de la Misericordia.
¿En qué está
necesitada la sociedad cubana de misericordia?
Los obispos cubanos
han insistido desde hace ya años en el tema de la reconciliación. Hay que
perdonar y pedir perdón como algo casi habitual. Reconocer que lo que a
muchos o a pocos les parece lo mejor no siempre resulta beneficioso para
todos es humildad. En mi modesta opinión pueden existir heridas no curadas,
no sanadas, y recuerdos dolorosos de muchos años. No se avanzará mucho si
sólo se tratar de ir examinando los defectos o fallos ajenos, e ir acusando
sin piedad a los que se consideran como los causantes de todos los males. Es
importante que cada cual examine su vida con sus obras, a mayores
responsabilidades más largo examen, y quien deba pedir perdón que lo pida y
que los dañados lo perdonen.
Creo que es
importante, a la hora de orientar la sociedad, no definir a quienes piensan
de otra manera como los eternos enemigos, pues entonces viene la lucha, el
enfrentamiento y el deseo de que desaparezcan. Será muy importante, poniendo
algo de tiempo por delante, dialogar, clarificar, e incluso rectificar, sobre
los diversos puntos de vista. Es que para convivir sin tener que
reconciliarse más tarde será necesario no despreciarse previamente.
Podríamos afirmar que
en la sociedad cubana pueden darse actos de petición de perdón y de ofrecer
el perdón, y, si alguien lo considerase oportuno, incluso manifiestos. Pero,
esto no como una excepción a nivel del mundo, pues, en cuántos lugares de la
tierra se necesita hoy de una profunda reconciliación. Es algo que Dios nos
pide a cada día. Todos sabemos, por ejemplo, que debe ofrecerse el perdón y
pedirlo en nuestras mismas comunidades y familias cristianas. Y, si no
recuerdo mal, parece que el Señor nos insiste más para perdonar que para
pedir perdón.
¿Qué papel tienen los
misioneros españoles en Cuba? ¿En qué consiste vuestra actividad?
En general realizamos
una doble tarea: cultivar las virtudes y los compromisos en las comunidades
más conformadas por la presencia más constante y por más años de sacerdotes,
diáconos, religiosos y laicos, e intentar que el Señor sea conocido en los
lugares más distantes.
Podemos decir que las
tareas pastorales son las mismas que realizan los cubanos. Somos muy pocos
los sacerdotes, tanto de Cuba como de otras partes del mundo. Los sacerdotes
españoles se ocupan de parroquias como el resto de los presbíteros. Los
religiosos y religiosas que forman las diversas comunidades se dedican a la
tarea catequética fundamentalmente, bien con niños, adolescentes o jóvenes,
como a través de catecumenados para los adultos. Algunas Congregaciones
Religiosas cuentan con unos sencillos espacios de formación que la gente los
valora muy positivamente.
Llevo dieciséis años
en Cuba, ocho como sacerdote en la Archidiócesis de Camagüey y ocho como
obispo en la Diócesis de Cienfuegos, y puede decir que me siento muy dichoso
porque los cubanos son “muy buena gente”. Merece la pena ser misionero en
Cuba.
¿Podrá asistir a algún
acto? ¿A cuál?
Si Dios quiere estaré,
como todos los obispos de Cuba, en todos los encuentros con el Papa, como
serán las eucaristías en La Habana y Holguín, Vísperas en la Catedral de La
Habana, encuentros con familias, misioneros y jóvenes, y en los actos de
acogida y despedida en dos aeropuertos del país.
Puede decir,
sinceramente, que me siento inmensamente feliz por recibir a otro Papa como
obispo en Cuba.
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