viernes, 4 de septiembre de 2015

Fray Junípero Serra misionero incansable

Obras Misionales Pontificias España


El Papa Francisco canonizará en septiembre al misionero español Fray Junipero Serra

El próximo 23 de septiembre el papa Francisco canonizará a Fray Junípero Serra Dios un franciscano misionero español que llevó el Evangelio a las tierras norteamericanas.

Fray Junípero Serra, misionero franciscano mallorquín  pasó los primeros 35 años de su vida (1713-1748) en su tierra natal de Mallorca, haciendo compatible su intenso apostolado con la docencia en la Universidad Ramón Llull. A partir de 1748 marcha al Nuevo Mundo para evangelizar más allá de la propia tierra, movido “por el ímpetu del corazón que quiere compartir con los más lejanos el don del encuentro con Cristo: el don que él mismo había antes recibido y sentido en su plenitud de verdad y belleza” (Francisco, 2 de mayo de 2015). De México pasa a evangelizar el oeste americano, especialmente los estados de California, Nuevo México, Texas, Louisiana y Florida.

Fue un incansable peregrino misionero, recorriendo miles de kilómetros, siempre en camino. Anticipaba con su entrega misionera lo que siglos más tarde hará resonar el papa Francisco con la feliz expresión de una Iglesia “en salida”. Su entrega no estuvo exenta de dificultades, entre las que vale la pena recordar la grave infección en una de sus piernas, situación penosa que lo acompañó constantemente con duras pruebas. Pero siempre fue fiel a su lema evangelizador: “Siempre adelante, nunca retroceder”.

Si grande fue su arrojo para sobreponerse a las dificultades físicas, aún mayor fue su empeño en la defensa de los nativos a los que anunciaba el Evangelio.Junípero Serra fue su pastor en el camino de la fe y su protector ante los ataques que amenazaban desde el exterior la supervivencia de estas etnias aborígenes. A ellos les llamaba “hijos” y siempre cuidó de ellos como tales. Los atrajo a vivir, de tribus nómadas, en comunidad. Fue incansable catequista. Los instruyó también en los cultivos agrícolas, en la ganadería, en la industria y en las diversas técnicas artesanales. Como argumenta el doctor Carriquiry, uno de los principales estudiosos del trabajo evangelizador de Fray Junípero, “no hay nada en sus numerosísimas cartas y escritos que aparezca como prejuicio racista”. La supervivencia de los indígenas de California y, en general, en México, América Central y Sudamérica, así como la supervivencia de sus lenguas, costumbres y aportes culturales, se dio gracias a la labor de los misioneros.

Para esta canonización, como para otras recientes, la Iglesia se ha apoyado en  la larga tradición de veneración ininterrumpida. Todas ellas muestran en las personas de estos santos misioneros el “viento de santidad que recorrerá el Jubileo en el continente americano”, según el pensamiento de Francisco.

La canonización de Fray Junípero Serra es una buena ocasión para hacer memoria agradecida de la presencia hispana y católica en los orígenes de los Estados Unidos de América en la segunda mitad del siglo XVIII, no sea que se llegue a creer que el origen anglófono y protestante sea el inicio de esta nación, donde en la actualidad hay más de 60 millones de católicos y que, con toda seguridad, en los próximos cinco años, serán el 50% de la población estadounidense. Y, en el origen de esta realidad, Dios se sirvió de un franciscano misionero mallorquín que pasó a la otra orilla a sembrar la semilla del Evangelio. 

Anastasio GilDirector Nacional de OMP