PIONERA
EN LA REFORMA Y REEVANGELIZACION DE LA
IGLESIA ( I ).-
El tiempo en que le tocó vivir a Santa Teresa de Jesús
ella lo calificó de “tiempos recios”. Efectivamente, la herencia que recibió la Iglesia, por parte
del Humanismo de los siglos XV y XVI, fue una contaminación doctrinal, a la vez
que una contaminación mundana en la manera de vivir, que afectó gravemente al
clero y a las órdenes religiosas, que se
alejaron del compromiso de vivir evangélicamente.
“De estos polvos
vinieron esos lodos”, que derivaron muy especialmente en el nacimiento de la
herejía protestante, como un intento erróneo de llevar adelante la reforma de
la Iglesia.
San Josemaría decía que
las crisis del mundo, también de la Iglesia, son siempre crisis de santos, de
falta de santos. Por eso, cuando se producen esas crisis, el Señor, en
cumplimiento de su Palabra, hace surgir una pléyade de hombres y mujeres en su
Iglesia, para que con la Luz y la fuerza de su Espíritu puedan ayudarla a superar esas pruebas.
Esto es lo que ocurrió
en la crisis que atravesó la iglesia en
los Siglos antes mencionados.
En España, que fue pionera en comenzar la reforma de la Iglesia,
el Señor hizo surgir una lista innumerable de santos, como fueron: San Ignacio
de Loyola, San Francisco de Borja, San Juan de Avila, San Juan de la Cruz, San
Pascual Bailón, San Pedro de Alcántara, Santa Teresa de Jesús, San Juan de Dios...
De entre ellos queremos
destacar a SANTA TERESA DE JESUS, de la cual, por celebrar el V centenario de
su nacimiento, vamos a ocuparnos en sucesivos artículos.
Lo que hemos querido
hacer en el presente no es otra cosa que
colocar a la santa en el contexto en que se desarrolló su vida y obra, que a
grandes rasgos hemos pretendido dibujar en estas líneas introductorias.
Pero seguiremos…, si
Dios lo quiere.
Juan
José Plaza Domínguez
Delegado
diocesano de Misiones