miércoles, 16 de septiembre de 2015

''Testigos y mensajeros de la alegría del Evangelio''

Obras Misionales Pontificias España


Misioneros españoles en la misión

El Papa recibió en audiencia a los misioneros Claretianos y les agradece a los Claretianos su trabajo misionero. Actualmente unos 200 misioneros Claretianos anuncian el Evangelio en todos los rincones del mundo.

El Papa Francisco recibió a los participantes del Capítulo General de los Misioneros Hijos del Corazón de María, los Claretianos y  les habló de manera espontánea sobre la labor que deben desempeñar haciendo hincapié en tres palabras: adorar, caminar y acompañar.

“A mí se me ocurre decirles tres palabras pensando en los que los conozco. Además Dios me bendijo teniendo amistad con alguno de ustedes. Yo les diría tres palabras que les pueden servir: adorar, caminar y acompañar”, les dijo el Papa.

“Es cierto, rezamos, alabamos al Señor, pedimos, agradecemos… Pero la adoración, ese estar delante del único Dios, de aquello que es lo único que no tiene precio, que no se negocia, que no se cambia…”

En cuanto a Caminar les aconsejó “No estar sentados. No instalarse, en el mal sentido de la palabra. Es verdad que hay que organizar cosas, que hay trabajos que exigen estarse quietos, pero con el alma, el corazón y la cabeza, caminar, buscar. Ir a las fronteras, a las fronteras de todo tipo, incluso las del pensamiento”.

Por último sobre les habló sobre el acompañar. “Acompañar los momentos duros, los momentos de cruz, los momentos de pecado. Jesús no les tenía miedo a los pecadores, los buscaba. Los van a criticar: ‘Éste es demasiado avanzado, éste es imprudente…’. Acompañar. Acompañar a la gente, acompañar tantos deseos que el Señor siembra en el corazón, dejarlos que crezcan bien”.

''Testigos y mensajeros de la alegría del Evangelio'' ha sido el tema del Capítulo general de los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de María (Claretianos), en este sentido el Papa les escribió el Papa ''Testigos'', porque la alegría no se puede comunicar si no está presente y profundamente enraizada tanto en la propia vida como en la de la comunidad. ''Mensajeros'', porque lo bueno hay que compartirlo y al compartirla la alegría se purifica y se multiplica, haciéndose verdaderamente ''evangélica''.


Texto íntegro en la web de los Misioneros Claretianos:


OMPress, septiembre 2015