jueves, 17 de octubre de 2019

“BAUTIZADOS Y ENVIADOS: LA IGLESIA DE CRISTO EN MISIÓN POR EL MUNDO”.-



Aunque el mes de Octubre ha sido, desde hace más de un siglo, el mes misionero por excelencia, este año, además, ha querido el papa Francisco que sea un MES MISIONERO EXTRAORDINARIO”(MME).
¿Y esto por qué´? El motivo principal es conmemorar el centenario de la Carta apostólica” Maximum Illud” (de Benedicto XV) y su visión y propuestas  sobre las misiones, tan vivas y urgentes hoy como hace un siglo.
El lema del MME y del Domund  de 2019 es:” BAUTIZADOS Y ENVIADOS: LA IGLESIA DE CRISTO EN MISIÓN POR EL MUNDO”.
La celebración del MME y del Domund tiene como fin primordial el potenciar  el sentido misionero de nuestro bautismo o incorporación a Cristo.
 Esto debe alentarnos  a  reflexionar en que la Iglesia  está en Misión en el mundo desde que fue fundada por el Señor.” La Iglesia es misionera por su propia naturaleza” (Ad Gentes 2) y” existe para evangelizar” (E.N. 14). Una evangelización que está aún en sus comienzos, a pesar de los 2000 años de cristianismo transcurridos (R.M.7). Esta realidad exige un replanteamiento serio sobre el compromiso evangelizador a nivel de la Iglesia universal, de la Iglesia particular, de la parroquia… “Ya no sirve la pastoral de conservación” (E.G. 25). Nuestra pastoral ha de ser misionera. La salida misionera ha de ser el paradigma de toda obra de la Iglesia” (E.G. 15)  No podemos estar esperando a que los files vengan a la parroquia.  Hoy se requiere una Iglesia en salida (E.G. 46).” “Hasta hora la conversión pastoral de la parroquias no ha dado suficientes frutos” (E.G 28) Todo ello debiera ser el “leitmotiv “de nuestro Sínodo diocesano, que está llamado s ser un Sínodo eminentemente Evangelizador y Misionero o de otra forma no será nada.
El MME nos invita a tomarnos en serio que el mandato misionero nos concierne a cada uno de los cristianos. “Todo bautizado es una misión” (misionero), que, impulsado por el amor a Dios y a los hombres, ha de poner en movimiento toda su fe, todas sus potencialidades, talentos, carismas… para cumplir el mandato de Cristo: “Id al mundo entero a predicar el evangelio a toda la Creación “(Mac. 16, 15-20). Cosa que  nos obliga a examinarnos y a repetir  con S. Pablo: “Ay de mí, si no evangelizare” (I Cor. 9,16ss).
Desechemos  las excusas que, a veces, ponemos ante  el apostolado y la evangelización: “es que no estoy preparado, “es que no tengo experiencia”, “es que me da miedo”…El papa Francisco nos dice que no hemos de esperar a tener una gran formación teológica, pedagógica, etc. para acometer la tarea evangelizadora (E.G. 120 y 121).
Sin embargo en la evangelización una cosa es esencial: el  evangelizador, además de un elemental conocimiento del evangelio y de las verdades de la fe cristiana, ha de brillar por  la santidad de vida, como nos recuerda la M.I: “Porque ha de ser hombre de Dios quien a Dios tiene que predicar, como han de huir del pecado quienes a los demás exhortan que lo detesten” (M.I. 64).
El papa Francisco nos ha exhortado a que en el MME  lo vivamos apoyados en cuatro dimensiones: 1/ El encuentro personal con Jesús en la Eucaristía, en la oración…2/ El testimonio de los santos, los mártires y confesores misioneros, 3/ La formación misionera y 4/ La caridad. Seguro que las estáis viviendo en vuestras parroquias, colegios, casas religiosas, movimientos apostólicos…
Con motivo de  la celebración de la Jornada del Domund yo os pediría que acentuásemos la vivencia de dos de ellas: la oración y la caridad, hecha ayuda económica para que la Iglesia pueda sostener a los misioneros y las Iglesias de  los territorios de Misión. Haced un esfuerzo en vuestros donativos, especialmente este año del MME, pues la colecta del Domund está bajando alarmántemente, como podréis comprobar en el apartado correspondiente del Eco Misionero.
Que el MME  y la Jornada del Domund reavive, como desea el papa, el ser misionero de toda la Iglesia.
Y también con motivo del MME y del Domund os pido un recuerdo y una oración especial  por todos los misioneros de la Iglesia y de nuestra diócesis, actualmente 83, de los cuales 7 son sacerdotes de nuestro presbiterio en Hispanoamérica.