Aunque el mes de Octubre
ha sido, desde hace más de un siglo, el mes misionero por excelencia, este año,
además, ha querido el papa Francisco que sea un MES MISIONERO EXTRAORDINARIO”(MME).
¿Y esto por qué´? El
motivo principal es conmemorar el centenario de la Carta apostólica” Maximum
Illud” (de Benedicto XV) y su visión y propuestas sobre las misiones, tan vivas y urgentes hoy
como hace un siglo.
El lema del MME y del
Domund de 2019 es:” BAUTIZADOS Y
ENVIADOS: LA IGLESIA DE CRISTO EN MISIÓN POR EL MUNDO”.
La celebración del MME y
del Domund tiene como fin primordial el potenciar el sentido misionero de nuestro bautismo o
incorporación a Cristo.
Esto debe alentarnos a reflexionar en que la Iglesia está en Misión en el mundo desde que fue
fundada por el Señor.” La Iglesia es misionera por su propia naturaleza” (Ad
Gentes 2) y” existe para evangelizar” (E.N. 14). Una evangelización que está
aún en sus comienzos, a pesar de los 2000 años de cristianismo transcurridos (R.M.7).
Esta realidad exige un replanteamiento serio sobre el compromiso evangelizador
a nivel de la Iglesia universal, de la Iglesia particular, de la parroquia… “Ya
no sirve la pastoral de conservación” (E.G. 25). Nuestra pastoral ha de ser
misionera. La salida misionera ha de ser el paradigma de toda obra de la
Iglesia” (E.G. 15) No podemos estar
esperando a que los files vengan a la parroquia. Hoy se requiere una Iglesia en salida (E.G. 46).”
“Hasta hora la conversión pastoral de la parroquias no ha dado suficientes
frutos” (E.G 28) Todo ello debiera ser el “leitmotiv “de nuestro Sínodo
diocesano, que está llamado s ser un Sínodo eminentemente Evangelizador y
Misionero o de otra forma no será nada.
El MME nos invita a
tomarnos en serio que el mandato misionero nos concierne a cada uno de los
cristianos. “Todo bautizado es una misión” (misionero), que, impulsado por el
amor a Dios y a los hombres, ha de poner en movimiento toda su fe, todas sus
potencialidades, talentos, carismas… para cumplir el mandato de Cristo: “Id al
mundo entero a predicar el evangelio a toda la Creación “(Mac. 16, 15-20). Cosa
que nos obliga a examinarnos y a repetir
con S. Pablo: “Ay de mí, si no
evangelizare” (I Cor. 9,16ss).
Desechemos las excusas que, a veces, ponemos ante el apostolado y la evangelización: “es que no
estoy preparado, “es que no tengo experiencia”, “es que me da miedo”…El papa
Francisco nos dice que no hemos de esperar a tener una gran formación
teológica, pedagógica, etc. para acometer la tarea evangelizadora (E.G. 120 y
121).
Sin embargo en la
evangelización una cosa es esencial: el evangelizador, además de un elemental
conocimiento del evangelio y de las verdades de la fe cristiana, ha de brillar
por la santidad de vida, como nos
recuerda la M.I: “Porque ha de ser hombre de Dios quien a Dios tiene que
predicar, como han de huir del pecado quienes a los demás exhortan que lo
detesten” (M.I. 64).
El papa Francisco nos ha exhortado
a que en el MME lo vivamos apoyados en
cuatro dimensiones: 1/ El encuentro personal con Jesús en la Eucaristía, en la
oración…2/ El testimonio de los santos, los mártires y confesores misioneros,
3/ La formación misionera y 4/ La caridad. Seguro que las estáis viviendo en
vuestras parroquias, colegios, casas religiosas, movimientos apostólicos…
Con motivo de la celebración de la Jornada del Domund yo os
pediría que acentuásemos la vivencia de dos de ellas: la oración y la caridad,
hecha ayuda económica para que la Iglesia pueda sostener a los misioneros y las
Iglesias de los territorios de Misión.
Haced un esfuerzo en vuestros donativos, especialmente este año del MME, pues
la colecta del Domund está bajando alarmántemente, como podréis comprobar en el
apartado correspondiente del Eco Misionero.
Que el MME y la Jornada del Domund reavive, como desea el
papa, el ser misionero de toda la Iglesia.
Y también con motivo del MME
y del Domund os pido un recuerdo y una oración especial por todos los misioneros de la Iglesia y de
nuestra diócesis, actualmente 83, de los cuales 7 son sacerdotes de nuestro
presbiterio en Hispanoamérica.