
Este año hubo gran participación, debida, sobre todo, a que se unieron numerosos jóvenes del grupo misionero, que ha nacido como fruto de la JMJ y otros jóvenes de la parroquia de Santa María (la Concatedral).
Fue un momento intenso de oración, en que a los pies del Santísimo Sacramento, expuesto, escuchamos la viva llamada de Jesús, que nos llamaba a evangelizar (“…Así os llamo yo”) y en que pedimos también por nuestros misioneros y los del todo el mundo.
Toda nuestra oración la pusimos en las manos de Ntra. Sra. de la Antigua, Mediadora de todas las gracias, que nos había acogido en su santuario, con en años anteriores.