lunes, 8 de diciembre de 2014

Día de la Inmaculada

Obras Misionales Pontificias España


Pueden ayudarnos a vivir esta fiesta, y a interiorizar la dimensión misionera de lo que en ella se celebra, unas palabras de Juan Pablo II.

Al celebrar este 8 de diciembre la solemnidad de la Inmaculada Concepción de Santa María Virgen, recordamos que este 2014 se cumplen 160 años de la proclamación del dogma por el papa Pío IX (1854). Puede ayudarnos a vivir esta fiesta, y a interiorizar la dimensión misionera de lo que en ella se celebra, lo que hace diez años, en 2004, escribía Juan Pablo II en su Mensaje para el Domingo Mundial de las Misiones.

En torno al tema “Eucaristía y Misión”, y a propósito del —entonces— 150 aniversario de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción, este querido Papa santo nos decía: “A la reflexión sobre los lazos que existen entre el misterio eucarístico y el misterio de la Iglesia, se une este año una elocuente referencia a la Virgen Santa [...]. Contemplamos la Eucaristía con los ojos de María. Contando con la intercesión de la Virgen, la Iglesia ofrece a Cristo, pan de la salvación, a todas las gentes, para que le reconozcan y le acojan como único Salvador”. Y, recordando su encíclica Ecclesia de Eucharistia, añadía: “Mirándola a Ella conocemos la fuerza trasformadora que tiene la Eucaristía. En Ella vemos el mundo renovado por el amor”.

San Juan Pablo II deseaba que el aniversario que entonces se celebraba, y que hoy se amplía a 160 años, “ofrezca a los fieles, a las parroquias y a los Institutos misioneros la oportunidad de afianzarse en el ardor misionero, para que se mantenga viva en cada comunidad «una verdadera hambre de la Eucaristía»”. Que, con “la materna intercesión de María, «Mujer eucarística»”, que él invocaba en su bendición final, podamos acercar esto hoy a nuestra vida.
Rafael Santos
Director de la Revista Illuminare