miércoles, 21 de enero de 2015

¿Somos uno de ellos? Testimonio misionero de Efraín González desde India

Infancia Misionera


Infancia Misionera niños de la India con un misionero español“Con este panorama, la verdad es que uno siente mucha pena y vergüenza. Pena porque simplemente uno ve que los niños no tienen una infancia digna; vergüenza, porque ves la diferencia entre nuestros niños en España”. Efraím González, misionerode los Hermanos Sagrada Familia de Belley que trabaja con los niños en India y envía este testimonio para Infancia Misionera

"Queridos amigos de Infancia Misionera: Con el lema 'Yo soy uno de ellos', también os quiero hacer partícipes de cómo se vive la vida, especialmente la infancia en este rincón de la India –Kurdeg– en el estado de Jharkhand.

La vida en Kurdeg es muy sencilla y simple, pobre pero a la vez generosa. Muchos de los niños todavía nacen en las propias casas, en los poblados que hay por el monte. También muchos niños mueren a causa de las enfermedades y porque no pueden llegar a tiempo al hospital o dispensario médico. En los primeros años de vida, los niños sufren porque en verano hace mucho calor y en invierno, bastante frío. El Gobierno suele ofrecer algunas ayudas para el crecimiento de los bebés, pero no son suficiente. Por ejemplo, en esta zona no se suele beber leche y por cada niño se recibe un paquete de leche en polvo para un mes.

A los tres años muchas familias llevan a sus hijos a la escuela, aunque la Educación Infantil no está regularizada en varias partes de este Estado. Sólo a partir de Primaria los alumnos pueden estudiar gratuitamente y recibir, por parte del Gobierno, una comida diaria en la Escuela (arroz  con un caldo de lentejas y una patata cocida). Contaros que, muchos de los alumnos que vienen a la Escuela, están más atentos al plato de arroz que a las lecciones del maestro. La pobreza aquí es tal que, incluso la educación es bastante pobre. En la Escuela donde yo estoy, la clase está abarrotada de alumnos (una media de 85 por clase). A veces, los niños tienen que viajar una hora o más hasta llegar a la Escuela, usando como medios la bicicleta o simplemente andando. Aquí los padres no traen los niños a clase, ellos vienen por su propio pie (y literalmente hablando que, a veces, ni sandalias llevan).

Con este panorama, la verdad es que uno siente mucha pena y vergüenza: Pena porque simplemente uno ve que los niños no tienen una infancia digna; vergüenza, porque ves la diferencia entre nuestros niños en España, que tienen de todo y aún están descontentos, y, sin embargo, los de aquí, con poco y se siente felices (al menos eso parece).

Habría mucho que contar, pero el espacio es limitado. Solo quiero ofreceros este pequeño panorama de lo difícil que es la vida, especialmente para los niños más desfavorecidos materialmente.

Un saludo y… Rezad por nosotros" 

Efraím González