lunes, 18 de enero de 2016

Infancia Misionera ayuda a la alfabetización de muchos niños

Infancia Misionera


La Iglesia en Yibuti está comprometida con la educación. Infancia Misionera sostiene esta tarea con proyectos para material escolar y ofreciendo becas a los niños más pobres.

Infancia Misionera, presente en más de 130 países, financia miles de proyectos en los Territorios de Misión. El Fondo Universal de Solidaridad administrado por OMP, en el que se reciben aportaciones de los niños de todo el mundo, contribuyó en 2015 a la realización de 2.699 proyectos destinados a la Infancia en todo el mundo. Solamente con la ayuda de España ( 2.727.721,66 euros) se pudo ayudar a 385 proyectos en 37 países. Ayer Mark Desser, misionero estadounidense en Yibuti, narró en la presentación de la Jornada de Infancia Misionera, como utilizan las ayudas que reciben de Infancia Misionera de España. 
Mark Desser es un ex ingeniero de General Motors, que un día sintió la llamada del Señor a trabajar entre los musulmanes de Yibuti. Ayer explicó que la educación es la principal tarea de la Iglesia Católica, minoritaria en este pequeño país de 23.200 kilómetros (apenas el o,6 % de la población es católica). Las escuelas impulsadas por la Iglesia, están presentes en Yibuti desde que llegaron los primero misioneros capuchinos en 1885.
Mark, que es el vicario general de Yibuti, trabaja en una escuela de alfabetización en la Misión Católica de Tadjorurah, al norte del país, donde se encuentra la etnia de los afares. En todo el país, la Iglesia tiene 4 escuelas primarias acreditadas por el Estado y cinco (entre las que se encuentra la de Tadjorurah), dedicadas “a los más pobres y vulnerables, a los que no tienen papeles o no pueden ingresar en la escuela pública por diversas razones”. Sin la ayuda de la Infancia Misionera, estas escuelas no podrían sobrevivir, porque como dijo el misionero “no somos autosuficientes”. Los subsidios sirven para pagar el sueldo de los profesores o comprar material escolar, pero también para jugar, porque como dice Mark, esto es “esencial en la vida del pequeño”.
Mark se siente “padre” de los 71 niños que su escuela atiende en la actualidad, por la que han pasado algunos de los principales dirigentes del país, entre ellos, el actual presidente. El misionero sabe que “los jóvenes de hoy son los responsables del futuro”, por eso considera que su misión fundamental es “abrir los jóvenes a Dios y a los demás, tal como son”. El misionero se siente “también cura de los musulmanes”, muchos de los cuales estudian en las escuelas cristianas. La relación con ellos es cordial; y son los propios padres musulmanes los que les animan para que hablen de Dios a sus hijos.
Además de la labor educativa, “esencial para la paz”, la Iglesia ha salido también al paso de las necesidades de los refugiados, que llegan al país procedentes de algunos de los países más castigados de la zona, como Yemen. Fue el propio obispo de Yibuti, monseñor Giorgio Bertin quien quiso abrir un campamento de refugiados para que los niños tuvieran un “oasis de normalidad”.

El padre Desser agradeció "el apoyo de muchas personas generosas que ayudan porque sin ellas no sería posible hacer a los misioneros todo lo que hacen"