La Jornada de Infancia
Misionera de 2018 se presenta como un reto para todos los niños. Así se
desprende del lema que la reside: “¡ATRÉVETE A SER MISIONERO!”.
Todos admiramos en las
pelis, en los juegos, en los libros de aventuras y, sobre todo, en la
Historia…, a esos personajes, como Hernán Cortés, que quemó sus naves, y nunca
se echaron para atrás ante las dificultades, sino que se atrevieron a dar un paso adelante, aunque ello
les suponía muchos sacrificios y tener que
afrontar lo desconocido.
Cuando en la Jornada de
Infancia Misionera se nos invita a dejar a un lado los miedos y a ser atrevidos, no se trata de pelis, ni de
juegos.., sino de algo real para nuestra vida y de algo que niños, como nosotros, han vivido a lo largo de
la historia. Veamos algún ejemplo.
Vamos a irnos, en
primer lugar, con la imaginación muy lejos, al Antiguo Testamento. En uno de
sus libros (II Macabeos 7,1-42) nos
encontramos con el martirio de 7 hermanos, demostrando todos una admirable valentía; pero de forma
singular el más pequeño, que enfrentándose al rey Antíoco le dice: “No obedezco
el mandato del rey, obedezco el mandato de la Ley, dada a nuestros padres por
medio de Moisés”.
El año pasado se
celebró el centenario de las apariciones de la Virgen en Fátima a tres
pastorcillos. Eran tres niños, Francisco y Jacinta, hermanos, y su prima Lucía.
Los tres se atrevieron con firmeza inquebrantable a permanecer firmes en la
verdad, no negando, como se les pedía, sino
afirmando que la Virgen se les había aparecido, aunque tuvieron que
sufrir duras pruebas. Francisco y Jacinta ya están en los altares.
El papa Francisco el 15
de Marzo del año 2016 canonizó, es decir, proclamó santo, a José Sánchez del
Río, niño mejicano. En 1926 se levantó en Méjico una revolución que perseguía a
muerte a los cristianos. José ayudó
valientemente a los defensores de la fe. Descubierto, se le pide que renuncie a
Cristo. Él se niega y es condenado a muerte. Le arrancaron la piel de las
plantas de los pies y le hicieron andar hasta la fosa en que iba a ser
enterrado. Lo dolores que tuvo que soportar fueron atroces Pero él se mantuvo firme. Al ser fusilado se atrevió
a gritar: valientemente delante de todos ¡Viva Cristo Rey¡
Como vemos eso de ser
atrevidos y valientes no es cosas sólo de mayores, también los niños los son.
Quizás nosotros no
tengamos nunca que atrevernos en nuestra
vida a cosas tan duras para ser fieles a
nuestra fe y a nuestro Señor Jesucristo; pero sí a algunas cosas más pequeñas
pero muy importantes para mostrar y vivir nuestra fe y seguimiento de Jesús, como
por ejemplo:
Ø Atrevernos
a vivir cono verdaderos cristianos, aunque hoy no esté de moda y veamos que algunos amigos tengan otras
costumbres distintas.
Ø Atreverse
a ir a misa y a la catequesis con alegría, aunque otros niños digan que es un
rollo. Nunca puede ser un rollo el
aprender las cosas que nos enseñó Jesús,
que es el Hijo de Dios y nuestro
salvador.
Ø Atreverse
a hacer algún sacrificio, renunciar a una chuches y dar el dinero a las
misiones para otros niños que no tiene nada y se mueren de hambre.
Ø Atrevernos
a ser misioneros siempre allí donde estemos; pero también imitando a otros niños y niñas que, desde pequeños,
sintieron la llamada de ir predicar el evangelio a todo el mundo (Mac. 16,15) y
ahora forman parte de los 13000 misioneros españoles que están presentes en los
cinco continente.
Los misioneros han
sido, son y serán siempre hombres atrevidos y valientes que dan su vida en amor a Dios y a los hermanos.
¿Y tú qué? ¿Te atreves a ser misionero o…?