martes, 20 de octubre de 2015

Carta desde Tailandia

María Teresa Gómez Jiménez nos escribe desde Tailandia: 
Queridos amigos y bienhechores del Hogar Ntra. Sra. Del Rosario de Tailandia,
Desde esta presencia pequeña en el gran continente asiático, os agradecemos inmensamente vuestras oraciones y vuestra colaboración para que este grupo de 18 niñas, puedan seguir soñando y construyendo día a día un futuro digno. 

Como ya conocéis, todas las niñas son de familias pobres, provienen de pueblos pequeños del campo, donde hay pocas posibilidades de futuro.
La mitad del grupo o carecen de padres o han sido abandonadas al cuidado de una abuela, sin recursos económicos y sin fuerzas para sacarlas adelante. El caso de dos hermanas cuyo padre murió cuando eran pequeñas y la madre las abandono, nos parte el alma, porque este ano murió la abuela y ahora, sin casa, sin nada en la vida, van a casa de un tío, otras veces a casa de otro, como pájaros sin nido. Aquí tienen su casa y su hogar, el cariño y la formación que no han tenido antes, y les ayudamos y animamos a que finalicen bien sus estudios para que puedan encontrar un trabajo y una vivienda dignos. 

Esa es nuestra alegría, poder ayudar a los carecen de todo y la compartimos con vosotros para que vuestro corazón se alegre también por el bien que hacéis, que Dios lo recompensa cien veces más, como dice Jesús en el Evangelio.

Hemos finalizado el primer semestre del curso 2015. Ahora todas las niñas pasan unos días de vacaciones con sus familias, antes de comenzar el segundo semestre. Os informo como van en los estudios:
Las 3 mayores estudian M 5, en el Colegio Saint Mary, equivale al penúltimo año de Bachillerato. 
Las 4 siguientes en edad, estudian M 4 en  el Centro Santa Pol, una escuela técnica de informática. 
Las 11 restantes estudian en el colegio Marie Pitak, las 3 más pequeñas Primaria y las otras 8 Secundaria.

Todas tienen muy claro que quieren aprovechar esta gran oportunidad que Dios les regala, a través de vuestra generosidad, para tener el futuro que desean. Estamos contentas de verlas crecer con alegría y con todas las necesidades
cubiertas, aprendiendo conocimientos, cultura, trabajos domésticos, deportes, manualidades,  y viviendo los valores del Evangelio. Somos sus educadoras y sus mamás mientras están aquí. Sus familias cuando las traen se lo dicen muy claro, las hermanas son vuestras mamas ahora, así que a respetarlas y obedecerlas. 

Estos suenos de las niñas se van realizando poco a poco a lo largo de los 6 anos que lleva abierta esta Casa Hogar. Experimentamos cuanto las ama Dios, porque vemos su Providencia actuando cada día con estas sus hijas mas pobres. Vosotros sois las manos de esa Providencia  que llega hasta aquí en forma de recurso económico,
para poder llevar a cabo  el proceso formativo de este grupo. Muchísimas gracias y que Dios os bendiga  abundantemente, porque El cumple siempre  su Palabra: " Dios bendice al que da con alegría" ( 2 Cor 9,7 ). 

Recibid nuestra gratitud hecha oración cada día y un abrazo grande de cada una de las hermanas y de las niñas.

Neyda Ortiz, O.P. 
María Teresa Gómez, O.P.