Noticia de su
enfermedad y muerte…
Tras conocer su grave
enfermedad, nos llegaron noticias esperanzadoras: se habían normalizado sus constantes vitales y los
médicos que lo atendían iban a comenzar
en breve el tratamiento adecuado a su recién descubierta leucemia. Pero, al
parecer, la enfermedad provocó algunas complicaciones y le sobrevino un
fallecimiento inesperado. Eran las 12,30 (horario de Brasil, 4, 30 de la tarde
horario en España) del 8 de Febrero de 2017.
Nos estamos refiriendo
a Práxedes Santos García, sacerdote de
nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara y misionero en Brasil desde el año
1982.
Breve biografía…
Práxedes había nacido
en Santovenia del Esla (Zamora) un 16 de Septiembre de 1942. Contaba, pues, en
el momento de su fallecimiento la edad de
74 años.
Ingresó en el Seminario
de Sigüenza y allí cursó sus estudios de preparación al sacerdocio, siendo
ordenado de sacerdote el 23 de Septiembre de 1967.
En nuestra diócesis
desempeñó el ministerio sacerdotal primero en Buenafuente del Sistal y
posteriormente en Escamilla (ambos nombramientos acompañados de sus correspondientes anejos),
hasta que en 1982 partió como Misionero a Brasil, junto con Leandro
Sánchez, Ricardo González y Lucas de la Villa.
Su primer destino
misionero fue Maracás, en la diócesis de Jequié, estado de Bahía.
La parroquia de Maracás tenía una extensión de
5000 kilómetros cuadrados, casi la mitad de nuestra diócesis. Fue atendía
conjuntamente por Práxedes y Leandro. Aquí misionó hasta el año 2000.
A partir del año 2000
su nuevo destino fue Abaetetuba, en el Estado de Pará, ubicado en la desembocadura del Amazonas. Aquí hubo
de terminar la Iglesia parroquial que le encomendaron y que está dedicada a
Cristo Redentor. Hace unos tres años pidió ser trasladado, no como párroco sino
como vicario. Su nuevo destino fue una ciudad muy pobre, Tailandia, bastante alejada de la capital de la diócesis,
Abaetetuba, y de difícil acceso. En esta
ciudad le sorprendió la enfermedad.
Misionero
ejemplar y santo…
Práxedes era una
persona de grandes virtudes y, por lo mismo, admirable. Así lo constatan sus
mismos compañeros de misión. Tengo referencias de que uno de ellos (en familia)
le llamaba “el santo”; pero no con ironía ni con segundas, como a veces ocurre,
sino constatando una realidad que se
afianzaba en su espíritu de fe y sobrenatural, en su espíritu de mortificación, de austeridad, de entrega a
los demás y, sobre todo, de atención a los más pobres y a los niños, que eran siempre
su preferidos.
No tenía nada suyo.
Esto lo constata el que en alguna ocasión, si veía a alguien descalzo, le
faltaba tiempo para quitarse las chancletas y dárselas. Así mismo siempre
estaba dispuesto a hacer de taxista para trasladar a los enfermos al médico o
al hospital. Me consta, como delegado de Misiones, que si tenía algún ahorro lo dedicaba a obras
de caridad o para ayudar a construir algún centro para beneficio de las
parroquias y de los fieles.
Todo lo que acabamos de
decir es “vox papuli”, es lo que dice el pueblo, lo que dicen sus fieles y
cuantos lo conocieron. De ello dan fe
los siguientes testimonios escritos en Facebook, que hemos entresacado:
Comunicado de la
diócesis de Abetetuba: “Hoy hemos perdido un gran hombre, un gran misionero,
ejemplo de humildad, sencillez y fe. Pero, al mismo tiempo, el cielo gana
un ángel, que estará al cuidado de todos
los queridos y amados fieles de nuestra diócesis. Descanse en paz Práxedes
Santos”.
Un obispo: “Fue un gran
testigo y ejemplo de misionero para las parroquias por las que pasó, dejando en
ellas un gran recuerdo y cariño. Gracias Práxedes”.
Otros testimonios de
fieles:
“Fue un gran
evangelizador”.
“Conocer a este siervo
de Dios fue un privilegio muy grande”.
“Mi querido amigo,
consejero, padre Práxedes. ¿Qué decir, de un hombre tan bueno que me enseñó
tanto de Dios, que me enseñó a amar al prójimo. Mi corazón está triste por su
partida; pero rezo a nuestro buen Dios para que le reciba con los brazos abiertos
y le dé la recompensa de los justos”.
“Hoy el cielo recibe un
amigo para todas las horas, sin medir esfuerzos para ayudar. Agradecemos a Dios
por habernos concedido el privilegio de convivir con este gran ser humano. Que
Dios reciba a Práxedes con los brazos abiertos.”
“Hombre de fe, ejemplo
de humildad, sencillez y amor. Siempre pronto a ayudar. Pasó entre nosotros
dejándonos una llama de esperanza. Nos enseñó a luchar con el arma más poderosa,
“la fe”. Descanse en Paz.”
“Un misionero amable.
Siempre transmitía mor porque él era amor”.
“Dios nos regaló uno de
sus mejores pastores. Su humildad y trabajo jamás serán olvidados”.
“Un hombre que fue todo
de Dios aquí en la tierra y que será luz para muchos. Ejemplo de humidad para
todos. Su presencia fue un pedacito de cielo para nosotros”.
“Tenemos ahora un gran
santo en el cielo, junto a Dios. Guardaremos siempre en nosotros su sonrisa, su
voz segura y fuerte, su cariño que no conocía límites, su dedicación a los
pobres y a los niños”.
No veo momento para
dejar de presentaros los hermosos
testimonios de cuantos le conocieron y vivieron junto a él. Basten como
muestra los que hemos transcrito.
Quiero, por último, constatar
el recuerdo imborrable que dejó Práxedes
en una antigua feligresa de Escamilla,
cuando era niña: el recuerdo de un gran amor
a los pobres, a los que sentaba a su mesa, junto a su hermana; de celo apostólico
en la catequesis; de amor a la Eucaristía, a la que inculcaba había de tenerse
gran respeto; de amor a la Virgen,
manifestado de manera especial en el ejercicio de las flores del mes de Mayo… Me
decía emocionada: “es santo, es santo. Tiene que ocurrir algo” (como dando a
entender que esa santidad alguien la tiene que reconocer, cuando llegue el
momento oportuno).
Acompañamiento
en su enfermedad…
Un recordatorio
agradecido para Mariano Martínez, compañero de misión en Brasil. Desde el primer
momento de su enfermedad, acompañó a
Práxedes, junto al obispo de Abaetetuba, sacerdotes, rector del Seminario,
seminaristas y fieles de sus parroquias, que no cesaron de visitarle. Nunca estuvo sólo, pues las 24
horas contó con un acompañante.
Recordar del mismo
modo a David Layna y Angel Díaz,
sacerdotes diocesanos, que providencialmente se encontraban de visita en Brasil,
y estuvieron también junto a él. David nos cuenta que el último acto que
realizó Práxedes en la tierra fue ir a la capilla del hospital a rezar. Allí se
sintió indispuesto. Volvió con su acompañante a la habitación, donde le
sobrevino de inmediato la muerte. El Señor le permitió prepararse y unirse a Él
en oración por última vez aquí en la tierra, para recibirlo al instante
y permanecer junto a Él por toda la eternidad en el Cielo.
Su
entierro…
Su entierro fue una
muestra multitudinaria de agradecimiento
a Dios y amor a nuestro hermano por parte de todos. El Obispo de la diócesis,
que presidió el funeral junto al presbiterio diocesano y fieles, quiso
expresamente que fuera enterrado en la Iglesia parroquial de Cristo Redentor,
que Práxedes terminó y regentó, al
incorporarse a la diócesis de Abaetetuba. Nuestro obispo, D. Atilano, envió una
carta muy emotiva, que fue leída en el
transcurso del funeral.
Sus
bodas de oro sacerdotales las celebrará en el cielo…
Práxedes hacia este año
las bodas de oro sacerdotales y tenía pensado venir a celebrarlas entre
nosotros. El Señor ha querido que las celebre junto a Él, dándole como regalo
de las mismas el premio de su Gloria. Bendita y alabada sea por siempre su santa voluntad.
Funeral
en su memoria en la Concatedral de Guadalajara…
El día 16 de Febrero, jueves, a las 7 de la
tarde se celebrará un funeral por su eterno descanso en la Concatedral de Santa
María, de Guadalajara, presidido por nuestro obispo, D. Atilano, concelebrado
por los sacerdotes diocesanos y participación de los fieles.
Descanse en Paz nuestro
hermano Sacerdote y misionero Práxedes Santos García y sus familiares
reciban nuestro más sentido pésame.