Ya se acerca la fiesta de San Juan de Ávila, patrono del clero secular
español, día en que la diócesis de Sigüenza-Guadalajara homenajea a todos los
sacerdotes; pero de modo muy especial a quienes hacen las bodas de oro y plata
sacerdotales.
Dentro del grupo de los que hacen bodas de oro hay que reseñar a D.
Faustino Torralbo Culebras, natural de Pareja, y ordenado sacerdote en Sigüenza
el 24 de Agosto de 1964, fiesta de S. Bartolomé.
En nuestra diócesis ejerció su ministerio en distintas parroquias y
también en el Seminario Mayor.
Todos conocemos el espíritu sacerdotal, sacrificado y bondadoso que
tiene Faustino, dones que le habrán servido mucho a la hora de sembrar la
semilla del Evangelio en el corazón de los argentinos y que, de seguro, estará
produciendo muchos frutos. Sabemos que sus referentes religiosos durante su
vida han sido unos excelentes maestros: San Juan de Ávila, la Madre Teresa de
Calcuta, Juan Pablo II y en Argentina tiene también mucha devoción y cariño a
la obra del Cura Brochero.
Hace un par de años nos escribía una carta o artículo, en que se
llenaba de orgullo, al decirnos que había promocionado la vocación sacerdotal
entre sus monaguillos y que algunos de ellos ya habían llegado a ser ordenados
sacerdotes.
Esto lo queremos resaltar de manera muy especial, cuando estamos a las
vísperas de celebrar, no sólo la fiesta de S. Juan de Ávila, sino también la
Jornada de Vocaciones nativas, que promocionan las Obras Misionales
Pontificias.
Además, nos complace mucho que Faustino vaya a estar entre nosotros
para celebrar esta efemérides con todo el presbiterio diocesano, junto con
nuestro obispo, D. Atilano. En ese día podremos darle un gran abrazo de felicitación;
pero hoy, desde el Eco Misionero, le hacemos ya patente nuestra más sincera
enhorabuena.
Que Dios te premie con muchas bendiciones y gracias, Faustino, por tu
fidelidad, tu trabajo sacerdotal y tu testimonio en esto primeros 50 años de tu
sacerdocio, y te ayude a seguir en la brecha muchos años más
Una abrazo.
¡MUCHAS
FELICIDADES DE TODO CORAZON!