Ya está muy
lejano el verano de 1997 cuando una multitud de jóvenes compartimos con San
Juan pablo II la cita mundial de la juventud en Paris.
En aquel
encuentro Socorro no dudo en responder “SI”
a la llamada del Señor: “Ven y sígueme. Necesito tu guitarra, tu
juventud, tu palabra. .ven y sígueme…”
Aquel ”SI”
incondicional de Socorro al Señor llevó a nuestra hermana desde la parroquia de San Pascual Bailón, en Guadalajara, donde
compartía su vivencia cristiana entre la parroquia y su comunidad neocatecumenal,
a la lejana Costa Rica.
Desde
entonces Socorro ha vuelto a Guadalajara en varias ocasiones siendo la última
en la JMJ de 2011 en Madrid.
Hoy, en mayo
de 2014, 17 años después, por fin, sus padres
Miguel e Isabel, su hermana, Juany y unos hermanos de su comunidad decidieron
iniciar la aventura de ir a visitarla. Tras atravesar el mar Rojo, el océano
Atlántico, y tras 12 horas de vuelo estábamos allí.
El encuentro
en San José está lleno de emoción, entre lágrimas y abrazos: ¡Es verdad, estáis
aquí, gracias Señor, gracias! Dice Soco. Todos emocionados. Están Marcela y
Katia que comparten la misma alegría.
Socorro
preguntaba por todos.
¿Y la
parroquia, tienen preparada la fiesta de San Pascual, cuántos niños hacen la
primera comunión, y don Pedro y don
Alfonso?. ¡Qué suerte para la
parroquia dos curas!...¡¡Y que bien para la evangelización!!.
¿Cómo ésta
nuestra comunidad?.
Comenzaba
una visita que nos mostraría cómo Socorro es un “Don” y una ”Gracia” para la
iglesia y para nuestra parroquia.
Su labor
misionera está incardinada en las parroquias de Santiago de Marayonal, del Espíritu
Santo de Esparza, Fray Casiano y Carrizal.
A lo largo
de nuestra estancia hemos visto la labor de entrega al servicio del evangelio y
de los más necesitados, como nos invita el papa
Francisco, que realiza toda la Iglesia en tierras de misión siguiendo el mandato del Señor: “Id y anunciad
el Evangelio…”
La misión en
la que vive nuestra hermana está formada por Socorro, Marcela y Katy, éstas
costarricenses, entregadas totalmente al servicio de la Iglesia en las parroquias reseñadas.
Realizan la
pastoral de bautismos, de primeras comuniones, de confirmaciones para niños y
adultos. Preparación al matrimonio, catequesis para familias, visitas a
enfermos en sus casas y en hospitales, portan la comunión a enfermos postrados
en sus casas, celebran la liturgia de difuntos, visitas domiciliarias a
familias anunciando a Jesucristo, reconduciendo a matrimonios
desestructurados…
Pero la actividad que más nos ha impresionado, ha
sido la que todos los jueves realizan en
el “Centro Institucional de
Privados (de libertad) del Roble” en Puntarenas, donde llevan
a cabo la labor de pastoral
penitenciaria que causa admiración en las instituciones de justicia y en la
diócesis pastoreada por Monseñor Oscar
Fernández obispo de Puntarenas.
Nosotros
participamos con Monseñor Oscar
Fernández el día 1 de mayo en la
celebración de la misa y la charla-catequesis
y comprobamos, la atención y el cariño de los allí recluidos, así como
del director del centro, don Danilo, y
del equipo de psicólogos. Todos ellos nos manifestaron su gratitud por el
servicio que prestan.
La misión
está ubicada en Chacarita una zona con muchísima pobreza, y precariedad: paro, delincuencia, drogadicción,
absentismo escolar, familias rotas…a ella acuden a solicitar ayuda de todo tipo, desde un café
temprano por la mañana, ropa para bebes o un plato de frijoles....
Y hemos
apreciado cómo todos los que se acercan son escuchados y asistidos con gran
cariño en sus necesidades y cómo las misioneras son queridas y protegidas por
sus vecinos.
Las
parroquias que visitamos nos mostraron el cariño que tienen hacia Socorro y la
gratitud hacia sus padres por la entrega y el servicio de su hija hacia los más desfavorecidos de Chacarita.
Nuestra
gratitud a Monseñor Oscar Fernández, al
que entregamos una carta de nuestros sacerdotes Don Pedro y Don Alfonso, que
nos acogió en su residencia episcopal de
Puntarenas compartiendo con él la oración de vísperas y una cena fraterna.
Los hermanos de las comunidades y Juan y Mariola,
el matrimonio itinerante en Chacarita pusieron a nuestra disposición sus
microbuses para nuestros desplazamientos y sus casas en el Pacifico, lo que nos
permitió conocer las playas de
Jaco, Samara y Carrillo y parte de su
inmensa belleza natural.
Estuvimos en
Cartago venerando a Nuestra Señora de los Angeles, patrona de Costa Rica y en
la ciudad de Paraíso, veneramos la reliquia de S. Juan Pablo II: una gota de su
sangre. En San José, capital, compartimos la eucaristía en el seminario
“Redentoris Mater”
Al
realizarse el viaje en el tiempo pascual vivimos con intensidad la alegría de
la Resurrección del Señor con todas las comunidades neocatecumenales, muy
numerosas, compartiendo las oraciones de laudes, vísperas y las
eucaristías pascuales y anunciando en
las plazas el Evangelio, sintiéndonos abrumados por la generosidad y la acogida
fraterna de todos hacia nosotros.
El viaje ha
sido un regalo pascual, por ello damos gracias a Dios y pedimos por todos los
que anuncian el evangelio.
¡ Que el
Señor les preceda, les guie y les proteja!.