Con el mismo titular que se
encabeza esta noticia, la revista Misioneros
publica un interesante reportaje sobre la preocupante situación en que se
encuentran los misioneros que realizan su labor en el norte de Camerún y países
vecinos por la amenaza de la secta islámica Boko Haram, que desde hace tiempo
viene actuando más allá de las fronteras de Nigeria.
Desgraciadamente,
sin embargo, ya nada será como antes. Como reconoce el sacerdote espiritano
Juan Antonio Ayanz, “aquí las cosas se nos han complicado, y
mucho, porque Boko Haram ha tomado gusto de actuar en el norte de Camerún, y
esto no es algo pasajero sino que puede incluso empeorar”. “Los blancos nos hemos convertido en una
mercancía y, como cada vez quedamos menos (un puñado de curas y monjas), nos
puede tocar cuando ellos quieran”. Pero el hecho de reconocer estas
dificultades serias no desanima a los misioneros, sino todo lo contrario: “Personalmente, todo esto da fuerza a mi vida
misionera, sacerdotal y espiritana”, dice el religioso, quien concluye con
una petición a sus amigos y bienhechores
de la misión: “Rezad por todos nosotros,
por estos sacerdotes y la religiosa, por nuestro obispo saliente y el entrante,
y por nuestro pueblo, que a pesar de estar sumido en la tristeza y en la
confusión mantiene la esperanza”.
Un
reportaje que no se puede dejar de leer: