La hermana Alegría es Misionera de la Sociedad de María entiende que obrar con misericordia es gastar su vida al servicio de los demás.
"Cristo me amó y se entregó por mí”. Siendo joven, esa frase de San Pablo fue para mí una revelación. Poco a poco sentí la necesidad de pasar mi vida al servicio de los demás, amando como yo me sentía amada; de modo que lo que me tocara vivir fuese expresión de ese amor de Dios, sobre todo hacia los más pobres.
Me propuse no ofrecer nada sin unas palabras reconfortantes o de amistad. En clase, repetir la misma lección las veces que sea sin mostrarme impaciente (particularmente con aquellas chicas que tienen dificultades de aprendizaje, de carácter o de familia). Animar y creer en las personas, intentar comprender sin juzgar, respetar, perdonar, amar.
Este es su gesto de misericordia ¿Cuál es el tuyo?
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