sábado, 17 de octubre de 2015

Alegría Fernández, misionera en Madagascar

Misionera de la misericordia española en Madagascar - DomundEnseño con paciencia a las alumnas que tienes más dificultad

La hermana Alegría es Misionera de la Sociedad de María entiende que obrar con misericordia es gastar su vida al servicio de los demás.

"Cristo me amó y se entregó por mí”. Siendo joven, esa frase de San Pablo fue para mí una revelación. Poco a poco sentí la necesidad de pasar mi vida al servicio de los demás, amando como yo me sentía amada; de modo que lo que me tocara vivir fuese expresión de ese amor de Dios, sobre todo hacia los más pobres.

Me propuse no ofrecer nada sin unas palabras reconfortantes o de amistad. En clase, repetir la misma lección las veces que sea sin mostrarme impaciente (particularmente con aquellas chicas que tienen dificultades de aprendizaje, de carácter o de familia). Animar y creer en las personas, intentar comprender sin juzgar, respetar, perdonar, amar.

Y después de todo esto creo que la más necesitada de la misericordia de Dios sigo siendo yo. Un día María me pidió azúcar; un poco sorprendida le dije: "Hace solo unos días que recibiste azúcar ¿Qué hiciste con ella?" Me contestó un tanto molesta por mi reacción: "Una madre sola, con cuatro hijos, me pidió un poco porque no tenía, y la compartí. Es lo que dice Jesús ¿no?: Amar al prójimo como a sí mismo”.


Este es su gesto de misericordia ¿Cuál es el tuyo? 
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