¡Gracias!
Es el lema con que se celebra este año 2015 la Jornada de Infancia Misionera de
las Obras Misionales Pontificias.
Los hombres somos criaturas, salidas de las manos de Dios y, como criaturas, no somos
autosuficientes en ninguna área de nuestra vida; necesitamos de los demás.
Ante Aquel que nos ha
dado la existencia y ante quienes nos ayudan en nuestras necesidades…debe salir
espontanea, desde lo más profundo de nuestro corazón, una actitud de agradecimiento.
El mismo Jesucristo, en
cuanto hombre, nos enseña a ser agradecidos. El da gracias al Padre: “Te doy gracias, Padre,
por haberme escuchado” (Jn. 11,42). Y también, cuando cura a diez leprosos y sólo vuelve uno a dar gracias dice: “¿No
han quedado limpios los diez? ¿Los ostros nueve dónde están?¿No ha habido quien
volviera a dar gracias a Dios, sino este extranjero?” (Luc. 17,17-18).
El dar gracias estaba
tan metido en el ambiente y forma de ser de las personas que incluso dio motivo
a que naciese un refrán popular, que
todos hemos escuchado mil veces: “Es de bien nacidos el ser agradecidos”.
El Papa
Francisco en una de sus catequesis sobre
la familia afirmó: “un cristiano que no sabe dar gracias ha olvidado el
lenguaje de Dios”.
El decálogo del niño
misionero incluye la actitud del agradecimiento. El cuarto punto del decálogo
dice así: “Un niño Misionero siempre dice gracias”:
Ø Da
gracias a Dios por el don de su propia vida y por toda la Creación.
Ø Da
gracias por haber conocido a Jesús y su evangelio, que es el camino
verdadero y feliz del hombre.
Ø Da
gracias por sus padres, por sus sacerdotes, sus catequistas, sus maestros, por
los médicos…y por cuanto ha recibido de ellos.
Ø Da
gracias por los bienes tanto materiales
como espirituales que Dios le ha concedido a él y a su familia.
Ø Da
gracias por todos los niños del mundo, con los que se sienten unidos.
Ø Da
gracias por los Misioneros, que a lo largo de la historia han ido comunicando
la Buena Nueva del Evangelio y de la salvación a todos los hombres.
El día de la Infancia
Misionera los niños cristianos son conscientes
de que también ellos son misioneros:
Ø Haciendo
presente a Jesús y su evangelio ante los demás: ante los amigos, ante los
compañeros de cole, ante el grupo de catequesis, en el deporte, en la
diversión…, allí donde se encuentran, siendo ejemplares y viviendo como buenos
hijos de Dios, para que los demás, “viendo sus buenas obras glorifiquen al
Padre que está en los cielos” (Mat. 5,16).
Ø Y
también son conscientes de que son
discípulos y apóstoles de Jesús con su oración y generosidad, depositada en la
“Hucha del compartir”, para que los misioneros puedan seguir extendiendo la
Buena Noticia del Evangelio a todos los niños del mundo que aún no conocen a
Jesús.
No se os
olvidéis, en este día, todos los niños de dar GRACIAS a Dios por el don y la confianza que ha puesto
en vosotros de haceros “Pequeños misioneros”.