El rosario salvó a cuatro jesuitas de la bomba de Hiroshima
- On 6 de agosto de 2024
El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzaba la bomba atómica ‘Little Boy’ sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, provocando 140.000 muertos, la mitad de ellos en el momento exacto del impacto.
Pero más allá del hecho histórico por todos conocido, aquel día sucedió algo sorprendente, que la historia y la Iglesia han bautizado como ‘El milagro de Hiroshima’. Cuatro sacerdotes jesuitas de origen alemán se encontraban en la ciudad, más en concreto en la casa parroquial de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
En el momento del impacto, uno de ellos estaba celebrando la Eucaristía, y milagrosamente, el edificio fue de los pocos edificios que resistió al poder destructivo de la bomba. Estos cuatro sacerdotes alemanes (Hugo Lassalle, Hubert Schiffer, Wilhelm Kleinsorge y Hubert Cieslik) sobrevivieron al momento de la detonación, e incluso aseguraban que sólo fueron heridos por los cristales que se rompieron debido a la onda expansiva, pero que la bomba en sí no les llegó a tocar.
Los médicos les aseguraron que morirían semanas o meses después debido a la radiación, como ocurrió con decenas de miles de personas. Sin embargo, 31 años después el padre Shiffer acudió al Congreso Eucarístico en Estados Unidos y relató la historia, concluyendo que los cuatro seguían vivos y no presentaban ningún tipo de secuelas. Lo que les salvó, según contaron más tarde ellos mismos, fue que vivían en el mensaje de la Virgen de Fátima, y rezaban juntos el rosario todos los días.
En los años posteriores, varios médicos realizaron a estos jesuitas hasta 200 análisis, sin llegar nunca a encontrar ningún atisbo de secuela o rastro de radiación.