viernes, 19 de junio de 2015

Crecimiento de una comunidad en Yurimaguas

en el Amazonas peruano, gracias a la labor de las misioneras
OMPRESS-CÁCERES (17-06-15) La hermana Carmen Bravo Tovar, de 80 años, lleva 55 de ellos en Perú, provincia de Yurimaguas, Alto Amazonas en la Parroquia de Jeberos, en plena selva. En su visita a Cáceres, le han descubierto una seria cardiopatía. A pesar de sus años y delicada salud, sus palabras destilan una profunda alegría y paz, señalan desde la delegación de misiones de Coria-Cáceres. Está enamorada de la selva, de la misión y sus habitantes.
La hermana, que lleva 60 años en la Compañía Misionera, compartió la felicidad que le ha deparado el entregar la vida por los demás.
“La comunidad misionera la forman: dos españolas, una peruana y otra de la India. El progreso realizado en aquellas comunidades indígenas -ocho tribus distintas- ha sido impresionante”, cuenta la hermana. A través de la promoción cultural que las religiosas promovieron, creando un colegio, y “muchos han conseguido acceder al magisterio y otras profesiones. Las autoridades locales actuales también han surgido de este trabajo abnegado”.
Otro tanto hay que decir con relación a los ministros de la Palabra, verdaderos agentes evangelizadores en las diversas comunidades. “Ya tienen el primer sacerdote nativo, hijo de un brujo”.
Aunque sólo cuentan con la presencia de sacerdotes, tres veces al año, eso no es óbice para que la evangelización y práctica cultual siga su desarrollo normal. Las comunidades cuentan con sus propios animadores, quienes desde sus carismas: cuidan, fortalecen y promueven la evangelización. El trabajo es evangelización integral a través de un catecumenado. Tienen catequistas Ad Gentes que están disponibles para evangelizar en otros lugares. Y ahora la Congregación está celebrando las Bodas de Oro de su llegada a la zona”.