lunes, 21 de septiembre de 2015

Cuba tiene sed de Dios, dice una joven tras su #VeranoMisión en Cuba

OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS

Ana Pilar Velázquez es una de las jóvenes que este verano ha vivido en Cuba una experiencia de #VeranoMisión



Un grupo de seis jóvenes enviados por la Delegación de Misiones de la diócesis de Madrid vivieron este verano una experiencia misionera con las Hermanas Misioneras de la Caridad están llevando en Santiago de Cuba.
Ana Pilar relata esta experiencia misionera y nos habla de la realidad de la iglesia y la sociedad que ha encontrado el Papa en su viaje apostólico a Cuba.

“Una de las cosas más sorprendentes al llegar, fue la terrible sequía que asola a esa zona de la isla. La escasez de lluvias, en un periodo que, precisamente, debería caracterizarse por ser húmedo, ha provocado
larguísimos cortes de agua para la población. En su labor pastoral, las Hermanas Misioneras atienden muchas y diversas necesidades y, la de llevar comida y agua, a los niños de la periferia de la ciudad es una de las más frecuentes. Sin embargo, no tuvo que pasar mucho tiempo para comprobar que la sed que calman nuestras queridas religiosas es otra, más urgente y vital: la sed de Dios. Esa misma sed que Jesús crucificado le encomendó a la Madre Teresa que saciara, llevando Su amor a los más pobres de entre los pobres. En una perseverante tarea de Evangelización, a través de su amor a los más necesitados, las Hermanas llevan la Palabra y el amor de Dios a cada rincón de aquella ciudad. Su tarea se materializa, entre otras actividades, en la atención a niños, a enfermos, a personas desamparadas y en la formación de nuevas comunidades de cristianos. Sin duda, esta última es una de las más necesarias y, a la vez, gratificantes, pues se dirige a un pueblo que, como allí nos dijeron, ha pasado muchos años de obligada abstinencia de Dios y que, ahora, busca al Señor con afán. Compartir con ellas esa labor misionera y sus momentos de oración ha sido un auténtico regalo del Señor y una profunda experiencia de fe, porque sólo desde la fe, que las Hermanas alimentan, a diario, con la Eucaristía y con una oración constante y fervorosa, puede acometerse la ímproba labor que ellas realizan”.


OMPress, septiembre 2015