Al terminar este año en el cual un
buen grupo se ha consolidado queda el deseo de continuar y seguir fomentado el
espíritu misionero en toda la diócesis.
Asun Parra Cabellos responde a
algunas preguntas que a veces nos hacemos cuando algún joven decide vivir el
verano con los misioneros:
1.- ¿Por qué te vas a la misión? Porque
me hace feliz poder compartir y regalar parte de mi tiempo libre a otras
personas y, si es posible, aportarles un poco de felicidad, cariño, alegría,
sonrisas, colaboración o ayuda,… intentando dar lo mejor de mí misma.
2.- ¿Para qué te vas? ¿Qué es lo que
te mueve a irte a la misión? Por un lado me mueve algún recuerdo en mi
infancia, cuando estudiaba en el colegio de las Ursulinas de Sigüenza,
que en varias ocasiones vinieron misioneros de Brasil y Cuba y su
testimonio me hizo sentir gran admiración por su labor y entrega hacia las
personas necesitadas y débiles. Por otro lado, siento que este es el
momento de vivir esta experiencia y llevarla a cabo con la comunidad de
Hermanos de San Juan de Dios y otros voluntarios que van a participar en el
campo de trabajo solidario. También me ha ayudado a tomar esta decisión
la formación que he recibido, a lo largo de este curso, tanto en la delegación
de misiones de Guadalajara como con los hermanos, conociendo su carisma,
hospitalidad y trato humano hacía las personas con las que trabajan.
Pienso que el proyecto que desarrollan en el centro psicopedagógico de Sucre
(Bolivia) que dedican su labor a niños con necesidades educativas especiales me
puede aportar muchas cosas positivas como: el conocimiento y respeto a su
cultura, la apertura a otras realidades, formas de vida y, especialmente,
crecimiento personal y espiritual… En definitiva es una oportunidad que
deseo disfrutar con los demás, los de aquí y los de allá.